·
Escapismo. El rechazo del presente (“Yo
detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer”, Rubén Darío, Palabras liminares de Prosas profanas) se traduce en el deseo
de evasión de una realidad insatisfactoria a través de la mitología, los
cuentos de hadas o el pasado legendario, la recreación de ambientes
aristocráticos o refinados, el cosmopolitismo y el exotismo.
·
Creencia en una armonía universal que solo el poeta puede percibir y
reflejar. Esta visión del mundo tomada del simbolismo convive con los
sentimientos de tedio, melancolía, desconcierto o angustia ante la falta de
sentido de la vida.
·
Sacralización del arte, especialmente de la poesía, que en
su búsqueda de la belleza se ofrece como un refugio frente al mundo.
·
Sensualidad, hedonismo y utilización de simbología religiosa en contextos eróticos,
influida por el decadentismo.
En cuanto a las características
formales, la literatura modernista se caracteriza por el preciosismo[4]
y la renovación del lenguaje poético.
También destaca la presencia de símbolos,
el empleo de un léxico exquisito e
inusual, las referencias sensoriales,
la búsqueda de musicalidad
(aliteraciones, efectos rítmicos, palabras esdrújulas…) y las innovaciones métricas (con el
predominio del verso alejandrino), herencia del parnasianismo.
[1]
Parnasianismo: movimiento literario surgido en Francia en la segunda mitad del
siglo XIX que se opone al Romanticismo y al Realismo literario, reivindicando
la objetividad y la despersonalización de la poesía y el arte por el arte.
[2]
Simbolismo: movimiento literario originado en Francia y en Bélgica a finales
del siglo XIX basado en la visión del mundo como un todo ordenado en el que
existe una correspondencia entre unas realidades y otras, expresada mediante
símbolos.
[3]
Decadentismo: actitud estética y vital propia del período de Fin de Siglo
basada en la conciencia de vivir en una sociedad agotada, la fascinación por
las épocas de decadencia, la atracción por el mal y el uso de la exquisitez y
el artificio como formas de defensa frente al mundo.
[4]
Preciosismo: deseo de elevación y refinamiento frente a un mundo vulga
Casa Batlló (Antoni Gaudí), ejemplo del Modernismo en la arquitectura. Las formas curvas y los colores azules y verdes representan la belleza de la naturaleza.
"La muerte del sepulturero" (Carlos Schwabe). Ejemplo del Simbolismo en la pintura donde se exponen algunos de los temas principales: la muerte, los ángeles y la nieve.
"Joven decadente" (Ramón Casas). Ejemplo del Decadentismo en la pintura donde se refleja el sentimiento de hastío.
"Café Montmartre" (Santiago Rusiñol). El París de finales del siglo XIX y principios del siglo XX representaba el gusto por el cosmopolitismo y el refinamiento de la época.
Bibliografía:
Lobato Morchón R. y Lahera Forteza A. (2016). Lengua Castellana y Literatura 2 Bachillerato. Madrid: Oxford University Press.
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